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"Demasiado" es el término que mejor resume lo que significó Falta de Estado para Pampero en la mañana del Sábado.

En un partido que generó grandes expectativas en lo previo y comentarios cruzados de sobra, ambos equipos estuvieron a la altura de las circunstancias, pero Falta sacó a relucir su amor propio para quedarse con el primer clásico del año.

Pampero, vistiendo su clásica blauceleste se mostró como un equipo tibio y dubitativo desde el primer minuto y así fue perdiendo protagonismo en la mitad del campo, donde el DT Llousas nos confesó que creía estaría la clave del encuentro y donde apostó sus fichas con un doble 5 conformado por Facundo Mancuso jugando suelto y el capitán, Gastón Aparicio más dedicado a la recuperación y el ordenamiento.

Los primeros minutos empezaron a dar a Falta como claro dominador, con una línea de fondo sólida, en la cual los centrales, Juani Diez y Alan Ozzan, cumplieron otra sobria tarea a la cual nos tienen acostumbrados, mostrándose prácticamente impasables y Matías Bueno, en su vuelta a la titularidad demostró y con creces porque pide adueñarse del puesto. La grata sorpresa fue la inclusión de Pablo Manente como lateral izquierdo en el once inicial, teniendo intervenciones que aportaron seguridad y una clara salida a la última línea.

Pero sin lugar a dudas, la clave del encuentro estuvo en haber ganado el mediocampo, al que Falta superpobló de jugadores con buen pie, con el mencionado doble 5, Martín Mantelman por derecha, Guido Cardero cumpliendo su nuevo rol de volante por izquierda y el clásico enganche Juan Pablo Escotorín; mientras que Pampero parecía no hacer pie y su volante central, Nacho Rivero, corría de lado a lado del campo para apuntalar a su equipo e intentar contagiar a sus compañeros, quienes parecieron estar jugando otro partido. Floja actuación de Charly Cardoso y Ariel Grazia, en quienes los de Palermo suelen depositar las cartas de su ataque y ayer no estuvieron ni cerca de crear peligro alguno.

Escotorín ya había tomado las riendas del ataque faltense y fue el 10 quien empezó a hacer gala de su exquisita pegada abasteciendo con buenos pases al único atacante que presentó el planteo del DT Llousas, Ariel Mantelman.

Fue el mismo mismo volante creativo, quien puso el 1 a 0 para el equipo de Villa Lynch, luego de encarar por izquierda y enganchar hacia el medio para luego cruzar un violento remate que dejó sin chance alguna al arquero. Golazo y ventaja merecida.

Falta, lejos de conformarse con el 1 a 0 fue a buscar ampliar la luz de ventaja y la posibilidad estuvo nuevamente en Escotorín quien otra vez ajustició desde dentro del área al arquero visitante pero en esta oportunidad el guardameta respondió con una increíble atajada que ahogó el grito de gol en las gargantas faltenses.

Fue ahí, en el mejor momento de F.D.E., cuando Pampero pareció tener alguna reacción pasajera y con el empuje de su capitán fue con más amor propio que fútbol a buscar el empate. Y el mismo llegó, luego de un tiro libre indirecto desde dentro del área, perfectamente ejecutado por Ariel Grazia, antes de que el 11 vuelva a desaparecer por la banda derecha del campo para ya no volver a generar ningún tipo de riesgo.

El primer tiempo pasaba a la historia pero el gris y rojo, ayer vestido de blanco, volvía a convertirse en dueño del mediocampo y de esta manera inquietar de vuelta a la defensa blauceleste.

Los cambios comenzaron a llegar en Falta y Matías Lanzaque ingresó por Ariel Mantelman como único atacante, cumpliendo una más que aceptable labor y aportando enorme sacrificio.

El segundo tiempo comenzó con la inclusión de Braian Cores, muy firme en la marca, como lateral izquierdo y continuó con el dominio de Falta quien no tardó en volver a ponerse en ventaja luego de un desborde por la siniestra del campo de juego y la habitual aparición de Martín Mantelman por el medio del área para colocar con un sutil toque el 2 a 1 para su equipo. Mantelman se ponía nuevamente el traje de goleador al que nos tiene ya nos habituó por su incansables llegadas y su siempre apreciable participación en el ataque, puntos fundamentales para que Llousas lo considere inamovible en su esquema.

El DT comenzó a hacer rotar a sus jugadores y pese a esto su equipo siguió manejando claramente los hilos del partido. Carmelo Rolón ingresó por el número 8 cumpliendo una buena labor y dejando todo en cada ingreso al campo de juego ganándose así la confianza del entrenador y sus compañeros.

Pampero volvió a ir a la carga nuevamente con algunos centros, los cuales fueron dominados con gran seguridad por José Tanaka y un remate cruzado que buscaba el ángulo superior derecho del arco faltense, el cual también fue resuelto con gran suficiencia por el arquero de Sáenz Peña, quien partido a partido agiganta su figura y se convierte en uno de los pilares del equipo.

Luego de eso el partido fue de Falta de Estado, que podría haber ampliado en uno o dos goles más la ventaja, si no fuera porque el crack de las inferiores de tan sólo 18 años, Guido Cardero, desperdició una chance sólo debajo de los tres palos o que Escotorín tardó mucho en entregarle la pelota a Rolón en un contrataque y así el encuentro se diluyó en un 2 a 1 que pedía ser goleada.

Pese a ser el primer partido del año de los de Palermo y presentar un equipo con algunas variantes respecto del que terminó jugando el pasado torneo, con las importantes ausencias de los hermanos Supital, es apreciable la victoria conseguida por F.D.E. ya que la misma significa una inyección anímica para encarar la Copa Peaje de Hudson y además "siempre es respetable ganarle a un equipo con la calidad de jugadores y la experiencia que tiene Pampero", tal como declaró el capitán de Falta Gastón Aparicio en su camino al vestuario luego del partido.

Ganó Falta, la próxima será Pampero...